Los “Nepobabies”: ¿Un mal necesario?
Cuando se habla de los “nepobabies” existen opiniones muy encontradas. Unos los aman, otros los aborrecen, pero si nos ponemos a pensarlo a profundidad estos existen y han estado entre nosotros desde siempre, incluso en aquellas áreas donde no lo imaginaríamos.
| Fotografía por María Fernanda Sánchez Ugalde |
Por María Fernanda
Sánchez Ugalde
El término “nepobabies”
viene de la unión entre las palabras “nepo” (nepotismo) y “babies” (bebés), y
se utiliza para hablar acerca de una celebridad hija de padres con una carrera
exitosa en el mismo medio en el que ellos se desenvuelven o en una adyacente a
la misma, ya que se da por hecho que la decendencia de esta pareja está en la
posición de éxito y privilegio única y exclusivamente por la posición de sus
padres y no por un mérito propio.
Tanto en la cultura del
entretenimiento de Hollywood como en la escena del espectáculo mexicano existen
un sinfín de celebridades a las que podríamos llamar nepobabies, tal y como es
el caso de actores como Vadhir Derbez, José Eduardo Derbez y Aislinn Derbez
(hijos de Eugenio Derbez, quien a su vez es hijo de Silvia Derbez, actriz del
cine de oro y Miss México en el año 1952), Emilio (hijo de la vedette Niurka
Marcos y el productor Juan Osorio), Daniela “Danka” Castro (hija de la actriz
Daniela Castro y Gustavo Díaz Ordaz Castañón); y cantantes como lo son Mario
Bautista y Fey (quienes son primos, y sus madres integraron el dueto musical
“Las Gil” en 1978), Ángela Aguilar (hija de Pepe Aguilar y nieta de Flor
Silvestre) y Alejandro Fernández (hijo de Vicente Fernández), por mencionar
algunos.
El problema principal del
público con respecto a los nepobabies es la posición privilegiada en la que se
encuentran y muchas de estas celebridades no reconocen, sumando al hecho de que
de alguna manera se llega a considerar más talentoso y valioso a quien “viene
desde abajo” que a alguien que ya tiene la oportunidad garantizada, no
obstante, es importante tomar en cuenta que existen artistas emergentes que
logran posicionarse en lo más alto del éxito tanto artistas dentro de la
categoría nepobaby que no logran encantar al público y viceversa.
El hecho de tener mayores
oportunidades no es equivalente a ser bueno, pero tampoco es igual a ser malo.
Es claro que se necesita una igualdad de oportunidades en los medios de
entretenimiento, donde tanto las figuras con privilegios tengan que hacer su
trabajo y trámites como cualquier otra persona, así como aquellos que no tienen
esas oportunidades garantizadas tengan acceso a las mismas sin el
presentimiento de que es seguro que van perder contra otro artista por no tener
un apellido de renombre o algún poder que genere tráfico de influencias.
Pensándolo muy
objetivamente, el medio del espectáculo y farándula no es el único en donde los
casos de nepotismo son el pan de cada día, otra esfera donde existen bastantes
casos de nepotismo es la política. De acuerdo a datos otorgados por El
Financiero, al menos 10 funcionarios públicos de MORENA en la alcaldía Gustavo
A. Madero tienen familiares y gente cercana que cobran, en conjunto, más de 30 millones
de pesos al año.
Hablando de casos más
mundanos, desde tiempos memorables existen casos en los cuales el señor de la
tienda le deja el negocio a sus hijos o nietos, o los doctores le dan plaza a
sus hijos que también estudiaron medicina dentro de los hospitales donde
laboran para garantizarles un futuro certero. Todos estos casos entran dentro
de la definición de nepotismo, o específicamente hablando, en la definición de
nepobabies, la única diferencia con los ellos y un caso habitual es que estos
casos no son conocidos y son más bien vistos como los famosos “hay que
continuar con el negocio familiar” y “de algo tienen que trabajar”. Aquí habría
que preguntarnos: ¿Por qué en un contexto está bien y en el otro es mal visto
cuando al final del día trabajo es trabajo, no es así? ¿No es el desempeño de
la persona lo que realmente importa? ¿Hasta dónde la sociedad está nublada por
privilegios que aparentemente no lo son?
Independientemente de la
profesión u oficio que se ejerza, y de la persona encargada de trabajarlo, el
nepotismo ha existido siempre y la manera más viable de erradicarlo es dando
igualdad de oportunidades a absolutamente todo el mundo, dejando de lado su
contexto de vida o su nivel adquisitivo, porque a final de cuentas ninguno de
esos factores debería de importar a la hora de contratar a alguien. Debe de
pesar más la capacidad de llevar a cabo el trabajo en cuestión, que las
relaciones interpersonales que este tenga de por medio; esto significaría que
los papeles y puestos en el entretenimiento, negocios, empresas, etcétera
queden a cargo de gente con el talento y capacidad en el área, sin importar si
este grupo de gente es o no privilegiado.
Cuestionarse y entender
que de alguna manera la mayoría de la población se ha encontrado en una o más
posiciones privilegiadas sin siquiera haberlo pensado puede abrir la
conversación para encontrar una solución, así como a entender que el ser
nepobaby es un ciclo de vida, pues retomando el punto, “todos tenemos que
trabajar de algo” y a veces estos trabajos coinciden con los de gente allegada.
Tener las oportunidades no está peleado con trabajar de manera honrada.
Mientras no se desaprovechen estas oportunidades, y realmente se le dé el
puesto a quien trabaje por él y lo merezca, estaremos siendo justos.
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